Nací en Barcelona. Bueno, en una clínica de Barcelona, al menos eso dice mi madre, porque yo no me acuerdo. Eso ocurría el 20 de febrero de 1965, por lo que soy piscis por los pelos.
Mi profesión, o eso que haces para que te paguen un sueldo a fin de mes, es administrativa. Soy funcionaria de la Generalitat de Catalunya. Nunca he digerido ninguno de los dos conceptos: administrativa y funcionaria. Pero este tema daría para una novela. Mi vocación es escribir, cuatro novelas y varios relatos son mi equipaje.
A los ocho años leí mi primer libro "La pequeña Dorrit" y ya no pude parar. Combiné durante años jugar a polis y ladras con "Los cinco se van de camping", el pichi con "Las aventuras de los tres investigadores", la comba y la goma con "Las mellizas en Santa Clara". Hasta que finalmente la estatura y otras partes prominentes de mi cuerpo me impidieron seguir jugando a esos juegos. Pero no me
impidieron leer.
Me gusta el cine clásico, las películas en blanco y negro. Una de mis favoritas: "La loba", de William Wyler. Leo de todo, no tengo un tema favorito. El libro que más me marcó: "La hora 25", de Virgil C. Gheorghiu, una maravilla, lo recomiendo.
A pesar de mis 40 años se me sigue poniendo el vello de punta al escuchar "Another man's woman", de Supertramp, aunque no tengo ni idea de qué dicen. Lloro con el "Adagio" de Albinoni y Billy Joel es mi solista favorito. Me sorprende que Manolo García me comprenda tan bien, sin ni siquiera conocerme y creo que Ella Fitzgerald sería una estupenda compañera de viaje.
Reconozco un buen amigo en las risas que compartimos. Me encanta el helado en todas su formas y no soporto a la gente que no valora las cosas importantes: el viento entre las hojas de los árboles, una tarde de sol o una caricia.
sábado, 21 de mayo de 2005
¿Quién es Antonia Romero?
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No he leído tu novela, pero al igual que tú yo también tengo mis textos en yo escribo. Te dejo mis datos por si quieres pasarte por mi blog. Saludos.
ResponderEliminarUn saludo, Antonia. Te he hecho caso y aquí me tienes, de visita.
ResponderEliminarSuerte con esto, Antonia. La mereces.
ResponderEliminar¿Has recibido la grabación?
ResponderEliminarSaludos Antonia :)
ResponderEliminarQue grato es descubrir una lumbrera como tu en la boveda blogosferica.. jeje.
Desde ya, cuenta con una compañera de té para esas tardes de aroma añeja y de letra en estos rinconcitos virtuales...
Pasaré por aca mientras en caos cotidiano y el tiempo lo permitan.
Exitos!
Celeste
Antonia:
ResponderEliminarTe felicito por tu página, tienes unos artículos muy interesantes.
Me tendrás fastidiándote de vez en cuando...
Cariños,
Blanca Miosi
Holaaaaaa!!! Aquí estoy porque he venido, me encanta todo lo que llevo leído. Estoy en plena tormenta tiroidea (eso de poder comer como una lima sin engordar no te ha de dar ninguna envidia, si viene acompañado de una tirotoxicosis virulenta, juas!!!), bueno, no puedo ir a Lluch a pie (el equivalente en un idioma que tú comprendas sería: "No puedo ir a Montserrat a pie". Lluch es un monasterio al que la gente acude en romería...), pero puedo estar delante del ordenata y no paro de leer.
ResponderEliminarNos vemos, besotes, ah, y no te escondas en la oscuridad, tontorrona, tienes una nariz maravillosa y además parece estar bien escoltada por un buen par de ojos!!!!
Antonia querida;
ResponderEliminar¿Sabes que cuando escribí por primera vez no estaba muy segura de lo que hacía? Tal vez hubiera dejado de hacerlo si no fuera por mi esposo, quien leyó mi novela y me propuso matrimonio por segunda vez. O por mis amigas que entusiastamente celebraron mi obra. Interiormente yo sabía que no era muy buena, pero ¡Cuánto agradezco tanta generosidad! Me dio ánimos para pulirme un poco, ser más cuidadosa con el idioma y, por supuesto, seguir escribiendo.
Esta reflexión tiene el objeto de resaltar los elogios. Aunque haya personas que procuren ser hirientes, muchas veces unas palabras alentadoras son más positivas que las "críticas constructivas" sobre todo si provienen de personas poco preparadas, o con falta de sensibilidad. Por ese motivo, si tengo que hablar de alguna obra, prefiero hacerlo cuando ésta me haya gustado, si no, no opino, porque sé que la persona que escribe será lo suficientemente inteligente para escuchar mi silencio. Lo mismo sucede cuando ves a alguien y está muy fea, ¿De qué sirve decírselo? no le puedes cambiar la cara... además, supones que tiene un espejo...
Quería hacerte este comentario para hacerte saber que estoy pendiente de tu blog, y si no he escrito antes es porque últimamente he estado muy atareada.
Saludos cariñosos,
Blanca
P.D. Me encanta como escribes. Ojalá algún día yo pueda hacerlo así.
Bueno yo también dejo por aquí mi saludo.
ResponderEliminarMe he copiado y estoy intentado elaborar un blog,pero me ha salido como una tortilla de patatas sin huevos y sin sal.
Tendré que perfeccionarlo, creo que no elegido bien ni las opciones básicas para poder colgar una foto...
Un beso
¡Dios! ¡Qué flash! ¡La historia del contrabandista! ¡La hora 25! Fué uno de los libros de mi pubertad. Me marcó, como a tí, para siempre. El problema es que era de una edición antigua de mi tía y se lo pedí prestado una y otra vez hasta que dejé de hacerlo por vergüenza. Luego mi mente se dedicó a otras cosas y lo olvidé por completo. Leyendo tu blog me ha saltado a la memoria como un fogonazo... Gracias.
ResponderEliminarHola
ResponderEliminarMi nombre es Daniel González y soy otro de tantos que publica sus escritos en yoescribo...
Después de leer "Pista Cero" quería personalmente decirte que me pareció fascinante, la leí casi de un tirón y no pude desengancharme de ella hasta el final...
Felicidades!!!
Felicitarte también por tu espacio literario, una web personal muy calurosa y acogedora.
Saludos
Daniel González
"Por un mundo mejor..."
http://www.portalatino.com/danielgonzalez
Bueno, yo no se mucho de dar discursos. Por eso te dejo algo que seguro que reconoces y te sientes tan identificada como yo misma.
ResponderEliminarPor si el tiempo me arrastra a playas desiertas
hoy cierro ya el libro de las horas muertas.
Hago pájaros de barro,
hago pájaros de barro y los echo a volar.
Por si el tiempo me arrastra a playas desiertas
hoy rechazo la bajeza, el abandono y la pena.
Ni una página en blanco más,
siento el asombro de un transeúnte solitario.
En los mapas me pierdo
por sus hojas navego.
Ahora sopla el viento,
cuando el mar quedó lejos hace tiempo.
Ya no subo la cuesta que me lleva a tu casa.
Ya no duerme mi perro junto a tu candela.
En los vértices del tiempo anidan los sentimientos.
Hoy son pájaros de barro que quieren volar.
En los valles me pierdo,
en las carreteras duermo.
Ahora sopla el viento,
cuando el mar quedó lejos hace tiempo.
Cuando no tengo barca, remos ni guitarra.
Cuando ya no canta el ruiseñor de la mañana.
Ahora sopla el viento,
cuando el mar quedó lejos hace tiempo.
En los valles me pierdo,
en las carreteras duermo.
Ponle tu la música y la voz, ¿a qué es precioso?
Estuve visitando tu blog y me gusta mucho. Me causó mucha gracia que hubieras leído "Las mellizas en Santa Clara". Yo,desde Buenos Aires, también lo hice
ResponderEliminarSaludos
Te estoy conociendo, Antonia, porque leer a alguien que escribe es conocerlo. Y me gustas mucho, me siento muy próxima a ti, hermanada.
ResponderEliminarEs todo un placer descubrir tu blog, descubrirte a ti y experimentar que aquí leo a un alma gemela.
Gracias por señalarme el camino.
Me ha gustado mucho tu forma de definirte. Demuestra inteligencia, ternura y sentido del humor.
Un fortísimo abrazo.