domingo, 18 de diciembre de 2016

Los Vetalas - El Quinto Sello IV





Prólogo

Bajó los escalones tallados en la piedra y entró en la pequeña cripta. Las velas crepitaban en la penumbra de la estancia. En la pared del fondo había un nicho con una urna de cristal. El Vetala se acercó enrabietado, como siempre que bajaba allí. La mirada vacía de Alana lo observaba desde el otro lado del cristal. Se había llevado la cabeza del lugar del accidente para poder recomponerla más tarde colocándola sobre sus hombros. Pero aquel maldito Diletante lo había estropeado todo al quemar el cuerpo. 
Siempre que miraba aquellos ojos vacíos, se repetían en su cabeza las palabras que le dijo la Guardiana antes de inyectarle el veneno de Rosa Silvestre. Antes de dejarlo atado en aquella cueva. Antes de morir: «Recuerda a Kalen». Desde entonces sentía en su mente la imperiosa necesidad de recordar. Una necesidad que iba creciendo día a día, como si el dueño de aquel nombre tuviese la llave de un secreto vital. Había tratado de averiguar quién podía ser ese misterioso personaje, sin éxito. Y la única persona que podría haber aliviado su ansiedad lo miraba a través del cristal de una urna colocada en uno de los muros de aquella cripta. 
Salió de allí antes de perder el control. En esos momentos era lo último que necesitaba. Avanzó por el túnel y bajó otros dos tramos de escaleras adentrándose en la profundidad de la cueva. Cuando atravesó la puerta de hierro los sonidos ya eran inteligibles para su oído, aunque aún estaba lejos de las zonas habitadas. Recorrió el kilómetro que lo separaba de aquellos sonidos y entró en una gran sala, una caverna natural que no aparecía en ningún mapa. En ella el ambiente era fresco y limpio, a pesar de que más de trescientos Vetalas inceptos se entrenaban con ahínco en la lucha cuerpo a cuerpo. Había sido muy bien acondicionada y la luz era tan potente como estar a pleno día.
Nadie abandonó su tarea al ver aparecer a Gúdric. El antiguo Guardián trataba de inculcar a los suyos la conciencia de igualdad. Y por eso lo respetaban. 

Atravesó la enorme sala y siguió avanzando por otro pasadizo hasta llegar a una caverna más pequeña y oscura. El miedo supuraba por aquellas paredes de piedra. Cientos de ojos humanos, extraviados por el terror, observaban a aquel monstruo que venía a robarles el alma.

Ya disponible en Amazon








jueves, 6 de octubre de 2016

Al otro lado del espejo

     No deja de sorprenderme como los seres humanos vivimos imbuidos por nuestra propia realidad. Asisto con bastante asiduidad a reuniones familiares en las que todos los participantes se limitan a hablar de su vida haciendo interrupciones, más o menos educadas, para que los demás crean que están dialogando, y siguiendo después el hilo de su propio monólogo. 

     No es extraño encontrarte con alguien a quién hace tiempo que no ves y darte cuenta de que no le interesa lo más mínimo lo que te ha ocurrido en ese tiempo, pero en cambio está muy interesado en que tú sepas lo que le ha ocurrido a él. Todo. Sin escatimar detalles.

   La manifestación social más abrumadora de esto se puede encontrar en Facebook, Twitter o Instagram donde la mayoría de personas se limitan a dejar su impronta sin importarles lo más mínimo lo que cuentan los demás. 

     Yo observo perpleja y me pregunto si no son conscientes de todo lo que se están perdiendo al vivir centrados en sí mismos. Un día tras otro revisando sus propias vidas sin que les interese lo más mínimo cómo viven o piensan los demás. 

     Quizá es mi esencia de escritora la que ha hecho que siempre me sienta más interesada en lo que me puedan aportar otros, que en lo que ya sé. Tengo el enorme defecto de que me gusta escuchar. Me interesa lo que los demás me cuentan, me gusta aprender de aquellos que hacen las cosas de un modo diferente a como las hago yo. A mí ya me conozco demasiado.

     No tendré tiempo de vivir todas las vidas que desearía vivir, estudiar todo lo que querría saber, experimentar sensaciones que no estoy capacitada para sentir. Por eso me interesan los otros seres humanos que caminan por las arenas del tiempo conmigo.

     Nadie aprende nada repitiéndose una y otra vez todas sus penas, sus desgracias, sus fracasos. Nadie relata su auténtica vida, si no una serie imperfecta de recuerdos manipulados. Cuanto más tiempo perdemos mirándonos el ombligo, más experiencias nos estamos negando.

sábado, 2 de julio de 2016

Entrevista con Jonas Cobos

Estudié Electrónica de Telecomunicaciones, pero con el tiempo he descubierto que la informática y la electrónica son realmente aficiones. Mi verdadera pasión es la escritura. Así que es a la que intento dedicar más horas. En 2010 hice un curso de Escritura Creativa con una escritora norteamericana, ella fue la que me enseñó que a la Musa hay que adiestrarla y enseñarle a que trabaje cuando tu quieres.
Bienvenido, Jonas. Gracias por prestarte a este divertimento. ¿De dónde te viene lo de ser escritor?  
Entre en la lectura de la mano de Agatha Christie, Allan Poe y Stephen King. De ahí pasé a querer escribir mis propias historias. Desde entonces he estado escribiendo con más o menos constancia, aunque desde 2010 ha cambiado mi forma de escribir y el método que sigo.
Buenos compañeros de viaje te buscaste, de esos que motivan a escribir. Bien, empecemos ya con el cuestionario. Recuerda: directo como un estilete.

1.-¿Qué rasgo de tu personalidad como escritor destacarías?
Creo que la constancia, y la disciplina. Con ella logro escribir todos los días sin importar si estoy de humor o no.

2.-¿Qué cualidad esperas de un escritor o escritora?
Bueno, imagino que la misma que esperar todos los lectores: que sepa atraparme con su historia.

3.-¿Qué esperas de tus amigos cuando les das a leer un manuscrito?
No soy muy dado a dar a leer un manuscrito a mis conocidos. Creo que es mejor pasarlo a alguien que no tenga relación directa contigo, eso le permite ser más objetivo.

4.-¿Cuál crees que es tu principal defecto a la hora de escribir?
Mi mayor defecto se produce al revisar el texto, soy incapaz de ver los errores, incluso obvio las repeticiones de las palabras. Por eso recurro a profesionales en el tema de las correcciones.

5.-¿Cuál es tu ocupación favorita? (aparte de escribir)
Leer, escuchar música y por supuesto ver películas y series de TV.

6.-¿Cuál es tu sueño de felicidad?
Mi sueño de felicidad es el que estoy viviendo ahora mismo. Soñaba en ser escritor y está ocurriendo en estos momentos así que soy feliz con mi vida actual.

7.-Si pudieras ser otra persona, ¿quién te gustaría ser?
Ser yo mismo.

8.-¿Dónde te gustaría vivir?
Quizás cerca de una gran ciudad donde pudiera acceder a recursos de los que no dispongo al vivir en una isla. Pero por otra parte, Menorca es un lugar excelente para escribir, aquí todo es muy tranquilo y relajado.

9.-¿Cuál es tu lugar favorito para escribir?
Escribo en la mesa del comedor, pero desde que tengo el MacBook algunas veces he ido a la biblioteca a escribir. No tengo un lugar preferido.

10.-Tus novelas favoritas son:
La saga de la Fundación de Asimov, Dune de Frank Herbert, casi todas las de Stephen King. En realidad no creo que tenga mi lista de novelas favoritas sea muy escueta.

11.-Esas novelas que no pudiste terminar por…
Aunque parezca mentira, es El Juego de Gerald de Stephen King. Me pareció cansina. Y por supuesto 50 Sombras de Grey, no me gustó la imagen que da de las mujeres.

12.-Tu héroe o heroína de ficción.
Hercules Poirot, Sherlock Holmes, y muchos más.

13.-Tu pintor favorito.
Al igual que las novelas no puedo elegir solo a uno. Pero de todos creo que Dalí por su incansable creatividad.

14.-Tu compositor favorito (puede ser de música moderna, rock...)
Bueno, digamos que a los que escucho con más frecuencia son: David Bowie, Queen, Two Steps From Hell (Su canción Soul Grinder me sirvió de inspiración para escribir Estallido Z: La Cura), Audiomachine.

15.-El escritor o escritora que más admiras.
Admiro a Stephen King, porque a pesar de la criticas que recibía cada vez que uno de sus libros era un bestseller, él ha seguido adelante. En la actualidad nadie pone en duda que es un maestro del terror. Sin duda también fue uno de los primeros escritores en romper el mito de la necesidad de la inspiración divina para escribir un libro. El siempre ha dicho que para ser escritor hay que escribir y leer todos los días.

16.-¿Qué talento natural te gustaría poseer?
Quizás ser capaz de aparentar seguridad.

17.-¿Qué le pides a la literatura?
Lo mismo que yo ofrezco. Entretenimiento. Simple y llanamente.

18.-¿En qué momento considerarías que has triunfado en la vida?
Parecerá muy prepotente, pero mi sueño era ser escritor y ya lo soy. Por tanto ya he cumplido con mi sueño. He triunfado en mi objetivo de ser escritor. Que me gustaría poder vivir de la escritura, por supuesto. Y ahí estoy empeñado en lograrlo. Pero mi principal objetivo era escribir libros y lo estoy haciendo.

19.-¿Cómo crees que será tu vejez?
Espero poder disfrutar de una vejez agradable y seguir escribiendo libros.

20.-¿Cómo desearías morir?
Imagino que como la mayoría, de forma rápida e indolora. ¿Quizás mientras duerma?

21.-¿Cuál es tu lema?
Sea cual sea tu sueño lo puedes alcanzar. Pero para ello vas a tener que trabajar duro todos los días.


—Hasta aquí el cuestionario. Para los lectores que aún no conocen Estallido Z: La Cura ¿qué les dirías para animarles a que la lean antes de que hagan la peli? 

Es la segunda entrega de la saga Mundo Zombi. A los lectores les diría que en Estallido Z no encontraran una historia de zombis donde a los que menos hay que temer es a los muertos vivientes, al estilo de The Walking Dead, en ella encontraran a los zombis actuando en manada y cazando a los humanos hasta que solo ha quedado uno. Y ahí arranca la historia, con el último humano vivo.

—Me recuerda Soy leyenda, una de mis pelis favoritas. Del libro no diré nada, que no quiero que sus fans me manden a uno de esos zombis para que se me coma enterita. En cuanto a lo de morir mientras duermes, creo que cualquiera firmaría por eso, siempre que no sea durante una pesadilla con zombis. Ha sido una charla muy interesante, gracias por pasarte por mi blog.

Muchísimas gracias por dedicarme parte de tu tiempo y espacio en tu blog. Ha sido un placer responder a tus preguntas. Eres una escritora a la que admiro y a la que sigo los pasos de cerca. Un fuerte abrazo.



viernes, 10 de junio de 2016

Sin intermediarios

Se está abriendo un debate respecto al efecto que están teniendo las nuevas tecnologías sobre la capacidad de los lectores y sus intereses. Que si se lee más o menos que antes, que si los lectores son de más o menos calidad. Que si escribe cualquiera... Ya sabéis, lo de siempre, pero echándole la culpa a otro. 

Está claro que los libros electrónicos han tenido una incidencia nada desdeñable en nuestro modo de leer.

No es lo mismo tener un libro en las manos, que un lector electrónico. El primero pesa más, hay que pasar las páginas y necesita una luz exterior. Pero huele a libro y se comunica con nosotros, también, a través del tacto.

El libro electrónico reacciona con un ligero toque de nuestro dedo, tiene iluminación propia, te permite consultar con mayor facilidad, tomar notas sobre lo que lees y no pesa apenas.

Pero esto es la espuma de la ola, debajo hay litros y litros de aguas profundas.

Siempre nos basamos en la relación de los lectores con estos dos tipos de lectura sin darnos cuenta de que estamos hablando de antiguos lectores. Los lectores de siempre que compraban un libro después de leer la sinopsis en una revista literaria o en la librería, o porque un librero o amigo se lo recomendaba. 

Pero ahora hay una nueva clase de lector de libros, como también hay una nueva clase de escritor. Los famosos, escriben novelas de amor y de cocina. Los blogueros escriben novelas de blogueros. Los Youtubers escriben novelas de… Bueno, escriben novelas. Y los escritores de pulgar escriben historias para leer en el móvil.

Para todos ellos hay una larga cola de lectores a los que las editoriales deben satisfacer. Y digo deben porque no hay que olvidar que una editorial es una empresa con trabajadores que tienen que pagar las facturas, igual que un zapatero, un carnicero, un funcionario o un escritor.

La idea romántica del editor que apuesta por un autor después de leer su novela y quedar impresionado por la calidad de su prosa, la historia que cuenta o la originalidad en su manera de escribir, es eso: una idea romántica. Ahora los editores publican libros que ni siquiera han leído porque, cito: «no tengo tiempo de leer todo lo que publico».

Y ante esta marabunta de escritores mediáticos que atraen lectores a los que no les gusta leer, están los autores clásicos que miran desde su caseta de la feria cómo se forman colas larguísimas de gente que espera para conseguir un autógrafo de su youtuber favorito. Ese que tiene un canal en el que despotrica de todo el mundo con mucha gracia, porque él sabe y puede.

Y esos autores clásicos, son los mismos que hace no mucho tiempo miraban allí abajo, desde lo alto de su torre del homenaje, a esos otros autores, a los que llamaban autopublicados y ahora llaman indies, dedicándoles una sonrisa burlona y muchas veces despreciativa, porque ningún editor se había leído su novela. ¿Qué se habrán creído esos?
Esos indies han encontrado un camino distinto para llegar a los lectores y no firman en ferias, ni salen en la tele, ni tienen un canal de youtube, pero sí tienen lectores. Miles de lectores a los que aún les interesa leer sin importarles si lo hacen en papel o en ebook, porque lo que les importa es que haya una historia que les haga soñar. Son los Gamboa, Miosi, Trujillo, Laso, Pinto…, que tienen muchas historias que contar y que ya no necesitan intermediarios.

martes, 29 de marzo de 2016

Entrevista con Fernando Gamboa

«Quizá la raíz del “problema” es que aprendí a leer muy pronto, y descubrí las novelas ilustradas de Julio Verne y Emilio Salgari mientras el resto de niños aprendía a juntar la A con la E en el colegio. Luego, todo lo que ha venido a continuación, creo yo que ha sido hasta cierto punto inevitable; Viajar, leer, escribir, y vivir con la cabeza en las nubes y el corazón desbocado.»



—Hola, Fernando. Me alegra mucho que hayas querido participar en este loco experimento en el que escritores de todo género y color se lanzan contestar a mi cuestionario Proust. Antes de empezar con las preguntas de verdad, contéstame a esta pregunta telecinco. ¿Cómo se consigue ser uno de los autores más vendidos de Amazon y caerle bien a todo el mundo? 

—Jajaja No creo que le caiga bien a todo el mundo, qué va. De hecho, la diplomacia no se encuentra entre mis virtudes, y cuando me apasiono por una causa o una idea no me privo de decirla en voz alta sin preocuparme demasiado de las consecuencias o las ofensas inadvertidas. Me conformo con estar a la altura de los amigos que tengo y de los nuevos que voy haciendo por el camino, incluidos todos los lectores que han decidido acompañarme en alguna de mis aventuras y que, desde ese momento, pasan a convertirse en compañeros de viaje. .

—Tienes una buena filosofía de vida y una excelente legión de amigos lectores. Algo estarás haciendo bien. Bueno, no hagamos esperar más a tu audiencia que seguro que están deseando saber lo que opinas de Pablo Iglesias y de Albert Rivera. Lo digo siempre, aunque nadie me haga caso: respuestas cortas, claras y contundentes. .

1. ¿Qué rasgo de tu personalidad como escritor destacarías?
Muy crítico con todo lo que hago. Rara vez quedo satisfecho —como escritor, ojo ;)

2. ¿Qué cualidad esperas de un escritor o escritora?
Imaginación. Que me sorprenda y me lleve a lugares que desconozco.

3. ¿Qué esperas de tus amigos cuando les das a leer un manuscrito?
Honestidad absoluta y crítica despiadada (esto último en privado, a ser posible).

4. ¿Cuál crees que es tu principal defecto a la hora de escribir?
Soy lento de cojones y con la capacidad de concentración de un berberecho. Y ahora que lo pienso… sospecho que ambas cosas están relacionadas.

5. ¿Cuál es tu ocupación favorita?
Leer, ir al cine, viajar y jugar a médicos. No necesariamente por ese orden.

6. ¿Cuál es tu sueño de felicidad?
Poder contestar a estas entrevistas mientras estoy en una islita del Pacífico a la luz de la luna, escuchando el rumor de las olas besando una playa de arena blanca. Justo lo que estoy haciendo ahora.

7. Si pudieras ser otra persona ¿quién te gustaría ser?
Ironman. O en su defecto, Elon Musk, que es casi mejor (si no sabéis quién es, buscadlo).


8. ¿Dónde te gustaría vivir?
Jajaja! Eso me pregunta mi madre desde hace 25 años, pero aún no me he decidido. El mundo es demasiado grande y lleno de oportunidades como para quedarse en un solo sitio ¿Por qué elegir?.

9. ¿Cuál es tu lugar favorito para escribir?
Me inspiro mucho en los cafés, que es donde suelo pergeñar los argumentos. Para darle a la tecla, en cambio, necesito silencio casi absoluto en plan monacal (ya sabes, tengo la concentración de un berberecho).

10. Tus novelas favoritas son:
Joder, muchísimas. Las clásicas de Julio Verne como; Cinco semanas en globo o 20.000 leguas de viaje submarino, son quizás las que más me han marcado.

11. Esas novelas que no pudiste terminar por…
Porque me aburría soberanamente. Son contadas, pero no voy a decir cuales, por supuesto.

12. Tu héroe o heroína de ficción
Indiana Jones, obviamente.


13. Tu pintor favorito
Dos: Sorolla y Gauguin, por diferentes razones.

14. Tu compositor favorito
También dos: Vivaldi y George Michael, fíjate tú.

15. El escritor o escritora que más admiras.
Otra vez dos: Julio Verne y Gabo.

16. ¿Qué talento natural te gustaría poseer?
¿Volar como Superman cuenta como talento natural?.

17. ¿Qué le pides a la literatura?
Que las musas no me abandonen.

18. ¿En qué momento considerarías que has triunfado en la vida?
Personalmente, cada día que estoy de una pieza lo veo como un triunfo. Todo lo demás es accesorio.

19. ¿Cómo crees que será tu vejez?
No me he parado a pensar en qué país estaré la semana que viene, así que lo que será de mi dentro de veinte años… imagina. En realidad, me sorprendería mucho llegar a viejo, la verdad.


20. ¿Cómo desearías morir?
Luchando con un dragón dentro de un volcán en erupción mientras trato de rescatar a una hermosa princesa rebelde que lucha contra el Imperio Galáctico. Algo sencillito..

21. ¿Cuál es tu lema?
CARPE DIEM. No podría ser otro.

—Muy interesantes tus respuestas. No me esperaba tu debilidad por la realeza, qué se le va a hacer (y encima de Princesa, hermosa, pues vas a tener que buscar en otro reino. Lo del dragón lo veo más factible). Ahora háblanos de tus proyectos, véndenos tus novelas.

—Soy un pésimo vendedor y, además me parece que hay otros muchos autores que escriben libros maravillosos y que recomendaría antes que los míos (¿ves como soy un pésimo vendedor?). Lo único que se me ocurre decir a mi favor, es que me dejo la vida tratando de escribir las mejores historias que soy capaz de imaginar, y mi único propósito es hacer felices a los lectores.

—Muchas gracias por pasarte por aquí, siempre es un placer charlar contigo. Te deseo... bueno, no te deseo éxito que de eso tienes un montón, te deseo que seas muy feliz allá dónde vayas.  

—Mil gracias por la entrevista, y un fuerte abrazo para ti y para todos los que os habéis tragado mis tonterías. Espero no haberos quitado las ganas de leer mis libros :)



viernes, 26 de febrero de 2016

Cómo superé la página en blanco

Si eres escritor pon atención en lo que te voy a decir a continuación. Es una máxima que no deberás olvidar nunca. No importa si quien ha llamado a tu puerta es una editorial grande, pequeña o adosada. Vale para todas. 

Si en algo estimas tu salud mental


firmes un contrato para una novela, que aún no has escrito, en el que haya impresa una fecha de entrega. 



O sí, tú mism@.

Yo no lo había hecho antes. Todos mis contratos editoriales eran sobre novelas ya escritas.

Hasta ahora.

Lo sabrás enseguida. Es como si un enorme nubarrón cubriese el trozo de cielo, justo y medido, que ves desde tu ventana mientras escribes. En mi caso cuando escribo veo una pared con dos cuadros muy bonitos, pero nada de cielo; estoy escribiendo metafóricamente, tú ya me entiendes.


La cuestión es que cuando me senté frente al ordenador y abrí el nuevo proyecto de Scrivener, la hoja en blanco me miró y se me cayeron los palos del sombrajo. 

¡Por primera vez en mi vida me enfrentaba al temidísimo y manidísimo síndrome del folio en blanco!


—¡Pero qué he hecho! ¡¿Por qué?! ¡Jamás volveré a escribir una línea! ¡Ada morirá de aburrimiento esperando su transformación! ¡Mi hija se irá de casa y no volverá a hablarme por dejarla con esta incertidumbre! ¡Ediciones B me llevará a los tribunales!

Horrible, os lo juro, horrible, horrible. 

Pido perdón por mi incomprensión a todos aquellos escritores a los que leí explicar su experiencia con la página en blanco. Les leía y me sentía como cuando escucho a mi marido hablar de bicis; a mí es que todas me parecen iguales.

Y supongo que ahora os tengo esperando el desenlace, la receta mágica contra ese maldito bloqueo del escritor.

Sí, lo he superado y aunque ha sido una experiencia dolorosa reconozco que también ha sido muy aleccionadora. He experimentado, una vez más, que la mayoría de las trabas que nos encontramos en la vida nos las ponemos nosotros mismos.


La historia que quería contar siempre ha estado en mi cabeza, el problema era que estaba tan preocupada con no fallar que me estaba empujando exactamente hacia ese destino. 

Mi lector 00, el primero que lee todo lo que escribo, se sentó conmigo y me dijo: explícame la novela, todo lo que tienes en la cabeza, lo que quieres contar, lo que quieres que ocurra... 

Aquello le destripaba la sorpresa por completo, pero es que él es así de generoso. Recité toda la trama tal y como la tenía en mi cabeza, sin detalles ni florituras, eso vendría después, pero el escenario se fue levantando ante mis ojos y cada uno de los actores se colocó en posición de declamar su mejor texto.


Puedes hablar con alguien, grabarte con un micrófono o en vídeo, la cuestión es que digas en voz alta aquello que quieres contar. Después solo será cuestión de sentarte y teclear en el ordenador con la mente puesta en lo que has narrado.

Así que ya sabes, yo creo que esto sirve para cualquier cosa que hagas en la vida, seas escritor o no:

Si te dices que no podrás con algo, será muy difícil que hagas algo que te contradiga.






martes, 16 de febrero de 2016

Scrivener Vs Word

Manuscrito de Voynich
Los que me conocéis sabéis que hace un año que me pasé a Scrivener.

Después de muchos años escribiendo y trabajando con Word, una potente herramienta de trabajo para todo aquel que necesite un procesador de textos, decidí probar a escribir mis novelas con esa maravilla para escritores llamada Scrivener.

He de decirte que ha sido un año productivo, intenso y de mucho aprendizaje.

Si estás pensando en cambiarte a Scrivener hay unas cuantas cosas que deberías saber.

Como todo en esta vida, Scrivener tiene cosas buenas y cosas malas y es conveniente conocerlas todas antes de decidirse a cambiar. Pero yo solo te hablaré de tres, no es cuestión de asustar a nadie.

Cifrado Copiale

3 motivos para NO cambiarte a Scrivener.



Esto es como lo del ying y el yang, pros y contras... Ya sabes, una recopilación de cada uno cuenta la feria según le va con sus porqués y motivos varios. Aquí van los míos.


1. No es nada, nada, NADA intuitivo.


No, hij@, si esperas descubrir las cosas por lógica, desiste, la lógica es una palabra a redefinir en este caso. Supongo que también tiene mucha culpa el haber trabajado durante mucho tiempo con Word y haber interiorizado su manera de hacer, pero el simple hecho de cambiar la letra a tu novela y que mantenga ese estilo en cada capítulo supone al principio un buen rato perdido.


2. Su corrector es una KK.


Podríamos decir que es casi inexistente si lo comparamos con el de Word. ¡Las veces que me llegué a quejar del corrector de Word! No sabía lo que decía.

Eso sí, se empeña en ponerte mayúsculas después de cada guión largo, porque no reconoce los verbos declarativos o verbos "dicendi". Exceptuando el "dijo" todo te lo pone en mayúsculas, así que o quitas la opción de que corrija la primera letra mayúscula al principio de frase o luego tendrás que revisar tooooodos los diálogos.


3. Puedes perder mucho tiempo con fotitos y pijadas diversas.


Si sigues al dedillo su estructura de creación de una novela, serás muy técnico, pero perderás muchísimo tiempo en cosas que no importan y que pueden despistarte de lo verdaderamente necesario: escribir.

Corres el riesgo, además,  de encorsetar demasiado el proceso de crear. Véase: sinopsis en cada capítulo, ficha de personajes con fotito incluida, ficha de lugares que aparecen en la novela...


Pero como todas las monedas tienen dos caras, vamos ahora a por la más lustrosa y brillante.

Antiguo manuscrito

3 razones por las que SI deberías cambiarte a Scrivener



Es un procesador de textos, no contiene la inspiración, pero si damos por supuesto que esa ya la tienes podrían resultarte útiles algunas cosillas.


1. Estructura por capítulos.


Puede parecer una tontería, pero no lo es. Dentro de unos límites la estructura es importante, la visualización de la misma, también. Tienes una barra lateral en la que puedes ver los capítulos de tu novela y trabajar en cada uno de ellos de manera independiente. A la hora de organizarte puede ser muy útil si tiendes a ser caótico en tu ejecución, y práctico si no lo eres.

2. Vigila lo que trabajas.


Sí, ya sé que te gusta ser libre como un pájaro y que no soportas que te pregunten cuántas palabras tiene tu novela ni cuánto has trabajado hoy. Pero, ahora que estamos tú y yo sol@s reconoce que muchas veces te sientas a escribir y se te van las horas en Facebook, Twitter e Instagram...

Los escritores somos almas volubles, necesitamos un poco de ayuda a la hora de centrarnos a trabajar. El estipularte un proyecto con sus correspondientes metas a largo y a corto plazo puede ser muy útil y Scrivener te ayuda con eso.

3. La compilación de todas las compilaciones.


Y con esto llegamos al punto más alto de Scrivener. A la torre del Homenaje: La compilación.

Ese momento trágico-técnico en el que necesitamos convertir esa historia que llevamos un año escribiendo en algo legible en un lector de ebooks, Kindle, iPad o la marca que más os guste.

O convertirlo en un borrador para su corrección.

O en un manuscrito para editorial.

Vamos, en lo que os plazca porque Scrivener le da la forma y el color que gustéis. Y eso, mis querid@s amig@s, no tiene comparación posible con ningún otro procesador de textos. Lo siento, pero es así.

Así que, a pesar de los quebraderos de cabeza que me ha dado el programita y las horas que he perdido con menudencias, reconozco que me gusta Scrivener y voy a seguir utilizándolo.

Eso sí, combinándolo con Word, que son muchos años juntos y no me resigno a olvidarlo.

Manuscrito de Jane Austen
¿Y tú cómo escribes?
No me digas que a lápiz.
Algún día os hablaré de mis libretas.