viernes, 2 de octubre de 2009

Una larga conversación

Hace ya 23 años y le sigue pareciendo gracioso que ocurriese en una librería. A punto de pagar uno de Julio Cortazar porque quería recuperar la afición a la lectura que sus profesores habían matado a fuerza de insistencia y libros mal escogidos. Se giró y la besó. La cajera les miraba con cara de vergüenza ajena, era evidente que era el primer beso y Abacus no era París, precisamente. A ella le temblaban las piernas y, quizá, a él también. De hecho, aún le tiemblan a veces. Habían superado dos noches en Rupit dentro de una tienda de campaña y una en Rubí, en habitaciones separadas, pasándose notitas por debajo de la puerta. Pero lo que más costaba arriesgar eran los dos años de amigos. Esos que se lo cuentan todo sabiendo que al otro lado hay alguien que escucha y no sólo oye lo que decimos. Era mucho lo que se jugaban apostando al 2.

-Supongo que tenemos que hablar –le susurró al oído mientras esperaba el cambio.

Ella asintió.

Y ha resultado ser una larga conversación.

Imágenes: Rafal Olbinski