martes, 19 de febrero de 2008

La ladrona de libros


Cuando tuve en las manos “La ladrona de libros”, supe que ese libro iba a gustarme. No sé por qué lo supe. Siempre lo sé. A veces lo creo y como pasa en estas cosas de fe, me equivoco, pero cuando lo sé, la ciencia es lo que tiene, que nunca falla.


Desde el comienzo:


La muerte y tú

Primero los colores.
Luego los humanos.
Así es como acostumbro a ver las cosas.
O, al menos, así intento verlas.

UN PEQUEÑO DETALLE
Morirás.

¿Cómo no iba a seducirme semejante manera de comenzar una novela? ¿Cuándo fue la última vez que me sentí como una niña? Me refiero antes de leer a Markus. No lo recuerdo, pero en cada una de las páginas de su novela los años se me iban cayendo y el corazón se me ponía de un rojo intenso.

El momento: Hitler es el dueño de las palabras.
Los personajes:
Liesel, la ladrona de libros. El primer libro que roba es “El manual del sepulturero”. Es el que tiene más a mano.
Rudy, su amigo del alma. Quería ser como Jesse Owens. También quería un beso suyo.
Hans Hubermann, padre de acogida de Liesel. Un hombre pegado a un acordeón. El que la enseñará a leer.
Rosa, madre de acogida. Su volumen es proporcional al tamaño de su corazón.
Max, el judio que boxea con el Führer y escribe El árbol de las palabras.
El lugar: Himmelstrasse, un pueblo cualquiera de la alemania nazi que veía pasar las caravanas de judíos. Mezclados corazones de piedra con otros de material sensible. No todos podían quedarse mirando.
La narradora: la Muerte ¿quién si no?

Markus Zusak, nació en Sydney, Australia, en 1975. Su familia es de ascendencia germano-austriaca y de su madre escuchó algunas historias sobre los bombardeos de su pueblo natal, sobre la guerra y los nazis que le han llevado a construir esta historia. Su idea inicial fue escribir un relato corto, pero, como suele ocurrirle a algunos autores, la historia se le hizo grande entre las manos. Hasta esta novela era un autor reconocido por sus historias para jóvenes. En la ladrona de libros, las palabras son la salvación y también la condena. Las mismas palabras que aparecen pintadas en las fachadas de las casas judías, están escritas en las piras de libros que arden en la plaza del pueblo. Y son las mismas que lee Liesel en el refugio durante los bombardeos para tranquilizar a sus vecinos, o las que usa Hitler para manipular las mentes de los alemanes.

Markus carece por completo de sensiblería y no busca en ningún caso la lágrima fácil. Emociona y traspasa la coraza que uno se pone frente a novelas que tratan un tema con el que ya sabes que te harán sufrir. Es dulce y profundo, tiene una sensibilidad poética y una manera de narrar sutil y directa.

El personaje de Liesel formará ya parte de mi equipaje.
Gracias Markus.

"He odiado las palabras y las he amado, y espero haber estado a su altura"

Liesel Meminger

domingo, 10 de febrero de 2008

Amy Winehouse

Siento que se drogue... si se droga.
Siento que "tenga un poquito de anorexia y un poquito de bulimia" según dijo ella misma en una entrevista, después de bajar seis tallas.
Siento que le falte algún diente... ¿y a quién no?
Siento si su vida es tan dramática como cuenta su madre.

Lo que realmente me interesa de Amy Winehouse es su voz y el "angel" que tiene cuando canta. Lo otro formará parte de su historia, esa historia que dará para muchas biografías, diarios y programas de televisión.

En video



En directo


Hay quien dice que las mejores voces del jazz eran aquella que venían cargadas de sufrimiento y que da lo mismo si el sufrimiento lo causan otros o uno mismo. También se ha dicho eso de los poetas y los escritores del romanticismo.

En fin, Amy Winehouse me gusta muchísimo.

miércoles, 6 de febrero de 2008

Debussy

Claude Debussy nació en Francia el 22 de agosto de 1862. Compuso el Preludio a la Siesta de un Fauno en 1894, a los 32 años, y se basó para ello en un poema del escritor simbolista Stéphane Mallarmé. En 1905 rescató de La Suite bergamasque (1890) el célebre Claro de luna .

Su música fue precursora de lo que sería la música moderna. Sus composiciones generan una ensoñación en quien la escucha, notas que crean las imágenes de un cuadro impresionista. Nos hace creer que es posible la improvisación en una pieza clásica.

Debussy es a la música lo que Van Gogh a la pintura.





"Ver nacer el día es más útil que escuchar una sinfonía. No hay que escuchar los consejos de nadie, sino solo del viento, que narra la historia del mundo".
Claude Debussy