Supongo que no soy yo sola, pero mira que me da rabia que mis amigos me aten a sus cadenas de mensajes. No me gustan los pps, ni los mensajes de autoayuda aderezados con música relajante e imágenes preciosistas. Pero sobre todo, no me gustan las cadenas de mensajes que te anuncian supuestas catástrofes personales, mundiales, apocalípticas o terroríficas, apoyadas en una sarta de mentiras, que nadie se molesta en comprobar antes de darle al botón de reenviar. Son los llamados hoax (engaño) que instan a enviar a todos tus contactos para “avisarles” de terribles desgracias que les amenazan.
Hay personas más adictivas que otras a este tipo de correos que lo único que buscan es conseguir mails a los que bombardear con spam. Todos tenemos algún amigo, conocido o familiar de esos que te cuentan como le echaron mal de ojo a un amigo de un vecino de su primo del pueblo. ¿Quién no ha discutido alguna vez con alguien que piensa que vio el arcoiris en un día despejado porque alguien del más allá trataba de comunicarse con él?
¿A qué se debe la propagación de estos mensajes, muchas veces absurdos, sin la menor retención y sospecha por parte de quien lo envía?
No hace mucho recibí uno en el que se me avisaba de un terrible virus que me llegaría a través de hotmail a modo de actualización de Windows live o no sé qué. Según el correo que me envió una amiga Mcafee había dado la voz de alarma. Entonces yo me pregunté ¿y los de Microsoft se han ido de vacaciones a Marte? ¿Por qué nadie les ha avisado a ellos? Lo primero que hice fue buscar información sobre ese virus y me costó menos de tres minutos salir de dudas y comprobar que era un hoax más.
De entrada, si recibo un correo en el que se me indica que debo avisar a todos mis amigos y conocidos de cualquier cosa, me resulta sospechoso (lo de la boda de tu hermano no cuenta). No hablemos ya de los que te dicen que te van a regalar un euro por cada persona a la que se lo envíes. Hace ya unos cuantos años que sé quién es el ratoncito Pérez.
¿Y nadie se ha fijado en las faltas de ortografía de estos mensajes? ¿O la traducción chapucera del inglés? ¡Pero si hacen daño a la vista!
Según el Ministerio de Sanidad patatín, patatán… ¿y dónde está el enlace a la página del susodicho Ministerio donde se avisa del peligro?
Seguro que habéis recibido mensajes como estos:
–El primer avión que se estrelló contra las torres gemelas en New York era un Q33. Si escribes Q33 NY en Word con la fuente Wingdings no vas a dormir esta noche. Hacer la prueba.
Lo que ocurre es que ninguno de los aviones que fueron tomados por terroristas aquel aciago día era un Q33, de hecho no existe ningún avión con esas siglas. Esta macabra cadena se la debemos a algún bromista con demasiado tiempo libre (¿te has planteado aprender a tocar el ukelele?).
–Si estás siendo obligada por un ladrón para retirar tu dinero de un cajero automático, lo puedes notificar a la policía marcando tú PIN al revés. Esto rara vez se utiliza porque la gente no lo sabe.
Claro, los bancos se guardan esta información porque les encanta tener que cubrir las cantidades sustraídas a sus clientes.
Ya no hablemos de las cadenas solidarias, de los avisos sobre productos alimentarios que contienen venenos o provocan enfermedades graves.
En fin, antes de darle a reenviar piénsatelo dos veces. Sobre todo si tienes mi correo.
Hay personas más adictivas que otras a este tipo de correos que lo único que buscan es conseguir mails a los que bombardear con spam. Todos tenemos algún amigo, conocido o familiar de esos que te cuentan como le echaron mal de ojo a un amigo de un vecino de su primo del pueblo. ¿Quién no ha discutido alguna vez con alguien que piensa que vio el arcoiris en un día despejado porque alguien del más allá trataba de comunicarse con él?
¿A qué se debe la propagación de estos mensajes, muchas veces absurdos, sin la menor retención y sospecha por parte de quien lo envía?
No hace mucho recibí uno en el que se me avisaba de un terrible virus que me llegaría a través de hotmail a modo de actualización de Windows live o no sé qué. Según el correo que me envió una amiga Mcafee había dado la voz de alarma. Entonces yo me pregunté ¿y los de Microsoft se han ido de vacaciones a Marte? ¿Por qué nadie les ha avisado a ellos? Lo primero que hice fue buscar información sobre ese virus y me costó menos de tres minutos salir de dudas y comprobar que era un hoax más.
De entrada, si recibo un correo en el que se me indica que debo avisar a todos mis amigos y conocidos de cualquier cosa, me resulta sospechoso (lo de la boda de tu hermano no cuenta). No hablemos ya de los que te dicen que te van a regalar un euro por cada persona a la que se lo envíes. Hace ya unos cuantos años que sé quién es el ratoncito Pérez.
¿Y nadie se ha fijado en las faltas de ortografía de estos mensajes? ¿O la traducción chapucera del inglés? ¡Pero si hacen daño a la vista!
Según el Ministerio de Sanidad patatín, patatán… ¿y dónde está el enlace a la página del susodicho Ministerio donde se avisa del peligro?
Seguro que habéis recibido mensajes como estos:
–El primer avión que se estrelló contra las torres gemelas en New York era un Q33. Si escribes Q33 NY en Word con la fuente Wingdings no vas a dormir esta noche. Hacer la prueba.
Lo que ocurre es que ninguno de los aviones que fueron tomados por terroristas aquel aciago día era un Q33, de hecho no existe ningún avión con esas siglas. Esta macabra cadena se la debemos a algún bromista con demasiado tiempo libre (¿te has planteado aprender a tocar el ukelele?).
–Si estás siendo obligada por un ladrón para retirar tu dinero de un cajero automático, lo puedes notificar a la policía marcando tú PIN al revés. Esto rara vez se utiliza porque la gente no lo sabe.
Claro, los bancos se guardan esta información porque les encanta tener que cubrir las cantidades sustraídas a sus clientes.
Ya no hablemos de las cadenas solidarias, de los avisos sobre productos alimentarios que contienen venenos o provocan enfermedades graves.
En fin, antes de darle a reenviar piénsatelo dos veces. Sobre todo si tienes mi correo.
A mí lo que más me fastidia es cuando te lo reenvían poniéndote: "No sé si es verdad,pero te lo mando por las dudas".
ResponderEliminarSi no sabés si es verdad, por las dudas NO me lo mandes. Ponelo en Google y en 0,25 segundos lo vas a poder verificar.
Un beso
Es tremendo, la cosa parece que no tiene mucho remedio.
ResponderEliminarEn fin, que me ha gustado tu blog y me he dado una vuelta por él, despacito.
Ya sabes, por aquello que te enganchas en cosas literarias y tal.
Saludos
Completamente de acuerdo contigo. Y me ha encantado el comentario de Alicia; todas mis amigas hacen lo de "te lo mando por si acaso". No, deja, no te molestes.
ResponderEliminarAlicia, acabo de recibir otro. Me temo que no hay manera de pararles...
ResponderEliminarUn beso
Dosmilypico, me alegra que vengas por aquí, intentaré tener café preparado que con estos fríos...
ResponderEliminarSaludos
Ruth ¿y no te han dicho nunca: si ya no los reenvio, abro un correo nuevo y pego las direcciones?
ResponderEliminarPa morirse, vaya
Un abrazo
Un cafetito de sobremesa y una buena charla,
ResponderEliminargracias a tí Antonia.
Lo comparto al 100%!! Es una pesadez y no paran, no.
ResponderEliminarUn beso,
Carmen, creo que es como las patatas fritas, el que prueba, repite.
ResponderEliminarUn beso
Eres de las mías. Al principio me daba un poco de remordimiento borrar alguno de ellos, pero ahora no dejo títere con cabeza, ni me lo pienso a la hora de hacer click en "Eliminar".
ResponderEliminarUn saludo.
Hola Pedro, bienvenido. Por suerte la solución es sencilla: hacer click en "eliminar".
ResponderEliminarClaro que es igual de sencillo hacer click en "reenviar".
El cuento de nunca acabar.
Un saludo