miércoles, 24 de enero de 2007

Jane Eyre, de Charlotte Brontë


Charlotte Brontë publicó su primera novela, Jane Eyre, en 1847. Esta novela trajo consigo un estremecimiento general de la crítica de la época, por supuesto, masculina y, al mismo tiempo, un gran éxito comercial.

¿Por qué esta contradicción?

En primer lugar, Charlotte Brontë, era mujer y escritora, algo nada aceptable en el siglo XIX y que colocó a los críticos en posición defensiva. Una escritora que se sumergió en el mundo de la literatura con un personaje poco ortodoxo: una joven independiente, que no considera el matrimonio como su único proyecto de futuro, con personalidad, anhelos y deseos reservados exclusivamente a los hombres. Un cierto mensaje feminista oculto entre las líneas de una historia aparentemente repetida, en un momento en que la mujer empezaba a preguntarse los muchos porqués con que "otros" manejaban sus vidas.
Jane piensa: "Se supone, generalmente, que las mujeres son más tranquilas; pero la realidad es que las mujeres sienten igual que los hombres, que necesitan ejercitar sus facultades y un espacio en el que poder desarrollarse y esforzarse como sus hermanos masculinos. Sufren al verse tan rígidamente reprimidas, condenadas a la inactividad, exactamente de la misma forma que sufrirían los hombres si se viesen sometidos a esa situación. Y ellos, nuestro privilegiado prójimo, demuestran una gran estrechez de miras al pensar que las mujeres deben vivir reducidas a preparar budines, hacer calceta, tocar el piano y bordar". Puedo imaginarme lo incómodos que se sintieron en sus sillas algunos de aquellos críticos literarios.

Jane Eyre es una ventana a través de la cual su autora, Charlotte Brontë, nos enseña sin tapujos su visión del mundo. La autora habla por boca de sus personajes haciéndonos saber quién es ella y lo que piensa.

Jane actúa a la vez como protagonista y narradora y se dirige a nosotros en numerosas ocasiones: "No creas, lector, que mi aspecto tranquilo refleja la serenidad de mi ánimo. (...)Mientras él está ocupado examinando mis trabajos, explicaré al lector su contenido, no sin antes advertirle que no son ninguna maravilla". Esto hace que tengamos la impresión de estar leyendo una autobiografía y, aunque no es así, es evidente que las vivencias de la escritora aparecen reflejadas en las de sus personajes. Charlotte Brontë, tenía material de primera mano para narrarnos las vicisitudes de su protagonista, una institutriz huérfana, que pasa su infancia y adolescencia en un internado de beneficencia.

Jane, a pesar de ser una mujer conformista en apariencia, destila rebeldía incluso cuando calla. Opina sobre la arbitraria diferencia entre clases, marcando la relación entre cantidad de recursos y supervivencia y hace especial hincapié en el papel de la mujer en un mundo eminentemente masculino. En sus relaciones no olvida nunca, y no deja que los demás olviden, que no es un ser inferior: "Pues bien, señor; yo creo que usted no tiene derecho a mandarme sólo porque sea más viejo que yo o porque haya visto más mundo. Esa superioridad que usted se atribuye dependerá del uso que haya hecho de su tiempo y de su experiencia". Y que merece respeto: "Estoy segura, señor, de que nunca confundiré lo informal con la insolencia. Lo primero me parece bien; a lo segundo, ningún ser humano nacido libre debe someterse, ni siquiera por un sueldo".

Jane se debate constantemente entre su deseo de resignarse y la imposibilidad de hacerlo. Obligarse a aceptar unas normas de conducta que le resultan del todo intolerables e injustas, será motivo de sufrimiento durante gran parte de su vida.

Entremos de puntillas en la trama, no quiero estropearos la lectura. Tras la muerte de sus padres, Jane es enviada a vivir con la viuda de su tío, la señora Reed. Lejos de ser una criatura dulce, hermosa y lisonjera, como cabría esperar de una novela romántica y escrita, además, por una mujer, nos encontramos ante un espíritu rebelde que no se doblega ante la injusticia por muy débil que se sienta frente a ella: "¡Qué confusión en mi cerebro y qué violenta rebeldía en mi corazón! ¡En qué impenetrable oscuridad e ignorancia se debatían mis pensamientos!". Pero es al llegar a Lowood, el internado de beneficencia dirigido por el señor Brocklehurst, dónde la personalidad de la pequeña Jane empezará a dibujarse nítidamente. Tras ver cómo su única amiga, Helen Burns, es golpeada injustamente y escuchar la resignación con que la niña asume ser merecedora del castigo, Jane se rebela: "Pues en tu lugar yo no la perdonaría a ella, me defendería; si me pegara a mí con aquella vara, se la arrancaría de la mano y se la rompería en las narices". Y más adelante mostrará cual es su propósito ante la injusticia: "Si todos obedeciéramos y fuéramos amables con los que son crueles e injustos, ellos no nos temerían nunca y serían más malos cada vez. Cuando nos pegan sin razón debemos devolver el golpe, estoy segura, y bien fuerte, para dejar bien claro a los que lo hacen que no deben repetirlo".

Durante toda la novela Charlotte nos envía mensajes subliminales avisándonos del peligro, mensajes que no captamos con nitidez hasta una segunda lectura. Parece temer que la acusemos de tramposa y nos advierte de manera disimulada que debemos estar alerta. Algunas de las metáforas que utiliza son sublimes: "Las dos mitades no estaban separadas por completo, pues su firme base y sus fuertes raíces las mantenían unidas en la parte inferior; pero la vitalidad del conjunto estaba destruida, la savia ya no fluiría en su interior, las grandes ramas a ambos lados habían muerto, y seguramente las tormentas del siguiente invierno las abatirían. Sin embargo, todavía se podía decir que aquello era un árbol: una ruina, pero una ruina entera."

Jane analiza con extraordinaria lucidez el complejo mundo de los sentimientos propios y ajenos y hace añicos la imagen que se nos ha trasmitido en muchas ocasiones sobre la mujer victoriana, un ser asexuado, sin deseos ni anhelos, un ser etéreo que se mantenía de pura artificialidad.

Sosegada y de firmes convicciones, noble y estricta en su trabajo, no puede ocultar el río de lava que corre bajo la superficie. Una mujer dispuesta a caminar hacia el futuro bajo la tormenta, a pesar de los gruesos ropajes que arrastra como un lastre, convencida de que puede hacerlo sola, segura de que sólo siendo fiel a sí misma podrá soportarse.

"Escucha, Jane Eyre, tu sentencia: colócate mañana ante un espejo y, tan fielmente como puedas, haz tu autorretrato al carbón, sin paliar un defecto, sin suavizar ninguna fealdad, sin omitir ninguna irregularidad y escribe al pie: "Retrato de una institutriz pobre, vulgar y huérfana".

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¿Es Jane Eyre una novela romántica? Os remito a esta web:
El Romanticismo, Universitat Jaume I
Y cito:
"El romanticismo es una revolución artística, política, social e ideológica tan importante que todavía hoy viven muchos de sus principios: libertad, individualismo, democracia, nacionalismo, etc.
(...)La nueva novela se convierte en un medio de describir sensaciones y pasiones. (...)El protagonista frecuentemente es el doble del autor, el cual penetra en su interior y describe sus sentimientos, al igual que recrea lo maravilloso, lo exótico o la aventura. Werther, de Goethe, fue para los románticos el modelo bajo la forma una novela-diario que penetra en la interioridad del personaje, comunica sus sentimientos, y los hace universales.
(...)Esta libertad ha presidido el proceso libertador del mundo actual hasta hoy mismo: liberación del individuo frente a la sociedad, de la mujer frente al hombre, de la región frente a la nación, de la colonia frente a la metrópoli y del obrero frente al burgués.
Pero toda esta liberación tiene un precio, que suele ser un hondo sentimiento de soledad y vacío. Romper con un orden, con una seguridad, con una obediencia lleva consigo ese doloroso desgarramiento en que el individuo se encuentra de pronto consigo mismo, sin nadie más. Aquí radica sin duda el pesimismo, la angustia, la melancolía, el "mal del siglo" con su insatisfacción imposible de colmar, que tan admirablemente expresaron los románticos y tras ellos sigue expresando la cultura occidental moderna."

18 comentarios:

  1. gracias por leerme... yo intentaré seguirte...

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  2. No conocia ni a las escritoras ni esta novela pero chica, tal como lo explicas me voy a la biblioteca ahora mismo para empezarla esta noche.

    Hasta luego.
    LL

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  3. No la he leído.
    Cuántos libros me faltan! uff...
    Muy interesantes estos textos dedicados a ellas.
    Gracias.
    Seguimos...

    Abrazos

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  4. Buenas! Tu blog me ha gustado muchísimo. De momento me guardo tu dirección en favoritos para pasarme por aquí a menudo.
    La próxima vez que vaya a la biblio me cojo un libro de Brontë y lo comentamos, vale?
    Recomiéndame alguno para empezar.
    Gracias!!

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  5. Lady, estoy segura de que te va a gustar mucho. Si lees mucho la biblioteca es una gran idea. ´

    Gracias por tu visita.

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  6. Clarice, me alegra verte por aquí. Cada vez que descubro un libro o un autor/a me produce un sentimiento contradictorio. Por un lado me alegro y por otro me irrita el comprobar que muchos se quedarán en la oscuridad. Por eso me encanta que me recomienden libros, películas...

    Un saludo

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  7. María, estoy segura de que Jane Eyre te encantará.
    Jane Austen también tendrá un lugar en mi blog y su novela Orgullo y prejuicio (mi favorita). Espero que te guste.

    Cuando lo leas ya me contarás.

    Un saludo

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  8. Anónimo12:33 p. m.

    Te apunto en mi lista de blogs a seguir, he llegado aquí a través de Fuckowski (al que también he agregado últimamente en mi lista) y me ha gustado lo poco que de momento he leído.

    Me encanta la crítica que has hecho de Jane Eyre, la he leido hace muchos años, al menos una vez la he cogido en la biblioteca, y no había visto esa lectura, tengo que releerla. Aunque tampoco me sorprende, últimamente he releído Villette, también de Charlotte Bronte, y ahí esa interpretación me ha quedado más clara. Me encantan estas escritoras de finales del XVIII/XIX, Jane Austen es una de mis preferidas, aunque a la hora de elegir uno de sus libros me decanto más por La abadía de Northanger o Mansfield Park.

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  9. Milady, bienvenida. La abadía de Northanger también es uno de mis preferidos de Jane Austen, me reí muchísimo con esa novela. La verdad es que me gusta mucho la manera que tiene de contar las vivencias de la clase burguesa del XIX, es irónica y mordaz, a veces, y te hace pasar muy buenos ratos,siempre.
    Me alegro de tenerte por aquí.

    Un saludo

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  10. Muy buen comentario acerca de un libro que leí hace muchísimos años, tanto me ha gustado lo que dices, cómo analizas, que me han entrado ganas de volver a rescatarlo del sueño en el que duerme en mi biblioteca, para deleitarme con algo que, quizás por los años que tenía cuando lo leí, no supe saborear suficientemente. Te descubrí por el blog de Mónica, me encanta haberlo hecho. Un cordial saludo.

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  11. Bienvenida, Shikilla, me alegra verte por aquí y prometo visitarte. Espero que disfrutes mucho más esta segunda lectura.
    Saludos.

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  12. Eres muy buena para este tipo de análisis-comentario, te juro que me mantienes pegada desde la primera hasta la última letra.

    Te aviso que cambié la dirección de mi blog, ahora está en:

    http://ficcionesirrelevantes.blogspot.com/

    Actualízalo en tus links.

    Besos

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  13. Gracias Lurdena, se nota cuando algo me gusta. Ahora mismo arreglo tu enlace.
    Besos

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  14. Anónimo12:56 p. m.

    Este es uno de los pocos libros que he leido despoues de ver la pelicula.
    Es muy bueno y como casi siempre el libro es mucho(pero mucho) mejor que las versiones cinematograficas que he visto (he visto 2), y eso que las peliculas eran buenas

    saludos
    skma

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  15. Anónimo12:51 a. m.

    yo acabo de leer el libro y llevas más razón que nada con lo que has publicado. No se si estareis de acuerdo conmigo pero yo también considero que el libro muestra los dos tipos de amor, el pasional con Rochester y el espiritual con John. Lo que no me ha quedado muy claro es lo del castaño, pero es porque yo para las metáforas soy muy mala.
    Un placer leer blogs como el tuyo.

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  16. Es muy interesante tu presentación de esta excelente novela de la que aún está pendiente un estudio del tipo de lectores que ha tenido. En los cincuenta del siglo pasado era una novela la mar de popular. Tanto, que incluso su lectura era vista con displicencia por la gente culta. De hecho es una de las novelas que más adaptaciones cinematográficas ha tenido (rondan la veintena). Luego las nuevas corrientes feministas procedentes de las universidades norteamericanas la elevaron a una condición de clásico indispensable. Y ahora ya hay en los institutos versiones "light" para estudiantes de la ESO. Para mí, al margen de estas consideraciones, es una novela estupenda, y siempre recomiendo su lectura junto a la de su secuela "Ancho Mar de los Sargazos".
    Un saludo.

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    1. Anónimo8:47 p. m.

      ¿Hay una secuela?
      Que alegría, iré a comprarla en cuanto acabe de leer Notre Dame de Paris.
      Y que tal, que más libros recomiendas Ricadro?
      Y tu, Antonia? (Me encanta cómo escribes, muchas gracias!)
      Atte. Yvonne
      México, Distrito Federal

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  17. Ricardo, el Ancho mar... me dio una visión distinta de la personalidad de Rochester y te confieso que eso no me gustó mucho, porque no fue fruto de la mente de su creadora. Con el tiempo todo volvió a su lugar y esta secuela cobró peso por sí misma, sin interferir en la que escribiera Charlotte Brontë. Me alegra mucho leer que la recomiendas, estoy segura que te lo agradecerán.

    Un saludo, me paso por tu blog

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