Este puente he aprovechado para ir de compras con mi hija. Es algo que hacemos de vez en cuando y lo pasamos genial, la verdad. Nos reímos, nos probamos cosas imposibles y disfrutamos de una tarde para nosotras solas.
A pesar de que es una terapia excelente, también tiene sus riesgos. No sé si a vosotr@s os pasará, pero demasiadas veces he comprado cosas que luego no me han sido de utilidad al cien por cien. A veces compras con los ojos sin pensar en el porqué.
Después de meditar he llegado a varias conclusiones y voy a compartirlas con vosotr@s, quizá os sirva de algo.
Decálogo contra compras inútiles.
1.- Antes de ir a comprar revisa lo que tienes en tu armario.
¿Cuántas veces hemos ido de compras al inicio de temporada sin recordar cuáles eran las prendas que guardamos el año anterior? No sé vosotras, pero a mí la ropa me dura más de un año y es bueno saber con qué cuento antes de incorporar una nueva prenda.
2.- Hay tres imprescindibles que no pueden faltar en ningún armario: una blusa/camisa blanca, un pantalón vaquero y un pantalón negro.
Te saca de cualquier apuro.
3.- Mejor colores básicos que estampados.
Es terrible cuando llegas a casa con una blusa de flores que te queda monísima y no encuentras nada con qué combinarla.
4.- Si no te queda bien, no importa que sea precioso.
Esta norma es inviolable, estoy segura de que me entendéis. No todos podemos ser Lady Gaga.
5.- Si no te queda bien, no importa que sea cómodo.
Esta es aún más inviolable que la anterior. ¿De verdad te vas a poner esas mallas? ¿Y de color beige?
6.- Cuando estés en el probador y te guste lo que ves en el espejo piensa cuándo te lo pondrás.
Si es un traje de noche y lo quieres para ir al cole (porque eres profe), quizá deberías volver a pensártelo.
7.- Tienes un estilo. Seguro. Lo importante es que tú sepas cuál es.
Está muy bien que te guste cómo viste JK Rowling, pero no olvides quién eres. Ella escribió Harry Potter, se le perdonarán muchas cosas.
8.- La calidad es importante, pero el precio también.
Encontrar una compensación entre ambos es la ecuación perfecta.
9.- Ve de compras con una idea concreta.
Quiero comprar unos pantalones y una blusa en estos colores para... Si vas sin una idea básica saldrás con más ropa de la que realmente necesitas. O sin nada.
10.- Marca en rojo el tope de gasto.
Si no, sentirás que nadas en aguas infestadas de tiburones. O te llevarás la gran sorpresa cuando veas el extracto de tu tarjeta.
Y hago una mención especial para todas aquellas que, como yo, vemos unos zapatos bonitos y perdemos el oremus. Vamos a ver, los zapatos no son joyas, no son para colocarlos en una estantería y adorarlos. Los zapatos son para ponérselos en los pies, y tienes que ser capaz de andar con ellos. Lo sé, lo sé, ¡son tan bonitos! Pero pensad que, con toda seguridad, el día que os los pongáis tendréis que ser capaces de andar con ellos más de veinte minutos. Y el dolor tiene que ser soportable. Todo tiene un límite.
Espero que estos consejos os sirvan de algo. Yo pienso seguirlos al pie de la letra.
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