miércoles, 15 de julio de 2009

En el espejo

Tengo la extraña sensación de haberme visto en algún sitio.

Cada mañana cuando me levanto y miró al espejo que ocupa el frontal de mi lavabo busco en él a la persona que creo que soy y me sorprendo con esa que me mira descarada y con expresión de estar riéndose de mí.

Cuando era pequeña mi madre me decía que hacerse mayor era una putada porque, cuando no tienes pruebas delante de los ojos de lo contrario, tú sigues teniendo diez años a veces, catorce otras y diecinueve la mayoría.

Durante un tiempo huí de los espejos, los escaparates de las tiendas y las bandejas de los bares. Intentaba no encontrarme a traición y en un despiste, con la cara de esa que no soy yo.

Pero es inevitable, llega un momento que tienes que reconocer que ya no te ves distinta.

Has desaparecido.

En tu lugar está ella, que sonríe y te dice que hacerse mayor es una putada.

4 comentarios:

  1. Ay, por dios, qué cierto es, qué cierto... Qué putada tener espejos y que el agua refleje...

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  2. Pues mi relación con el espejo se basa en la mutua complicidad ;)
    Te nombré para el premio Princess en mi blog. Te agradezco que me hayas inspirado.
    ¡Saludos!

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  3. No he entendido ni una letra, pero me gustó...
    un saludo

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  4. Anónimo9:35 p. m.

    Coño, guapa que te ves bien. Te lo asegura un degustador de vírgenes de edad mediana.
    Alfred J.

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