
Estoy teniendo auténticas vacaciones. Leer, estar con mi familia, salir, leer otra vez, ver películas... mmmmmhhhhhhh!!!! No estoy escribiendo nada, me lo puse como terápia para estas navidades y he de decir que estoy siendo buena y cumplo a rajatabla con las órdenes. Emma y sus preocupaciones siguen molestándome a diario, he de reconocerlo, pero soy fuerte y, de momento, resisto bien.
He leído en los últimos días una novela estupenda, de esas que hacía tiempo tenía ganas de saborear. Últimamente no acierto mucho con las lecturas que escojo y me estoy llevando auténticas decepciones con algunos autores en los que confiaba. Sabéis que no es mi costumbre hablar de las novelas que no me gustan, así que no voy a decir nada sobre ellas, pero sí sobre esa otra que os comentaba.
Se trata de la obra de un escritor nóvel , uno de esos que escriben en blogs y se empapan de literatura durante las horas que el trabajo y la familia lo permite. Leyendo su blog ya sabía que había madera, pero no puedo negar que me ha sorprendido con una novela exquisita, vivida por unos personajes de carne y hueso, con los que empatizar no es ningún acto de fe, sino algo natural. No puedo hablar de ella ni de él, no tengo su permiso, así que punto en boca.
Por lo demás, voy a seguir leyendo, jugando a la wii con mi hija, escuchando la guitarra de mi hijo en compañía de...
He leído en los últimos días una novela estupenda, de esas que hacía tiempo tenía ganas de saborear. Últimamente no acierto mucho con las lecturas que escojo y me estoy llevando auténticas decepciones con algunos autores en los que confiaba. Sabéis que no es mi costumbre hablar de las novelas que no me gustan, así que no voy a decir nada sobre ellas, pero sí sobre esa otra que os comentaba.
Se trata de la obra de un escritor nóvel , uno de esos que escriben en blogs y se empapan de literatura durante las horas que el trabajo y la familia lo permite. Leyendo su blog ya sabía que había madera, pero no puedo negar que me ha sorprendido con una novela exquisita, vivida por unos personajes de carne y hueso, con los que empatizar no es ningún acto de fe, sino algo natural. No puedo hablar de ella ni de él, no tengo su permiso, así que punto en boca.
Por lo demás, voy a seguir leyendo, jugando a la wii con mi hija, escuchando la guitarra de mi hijo en compañía de...