Cuenta G.K Chesterton en su
prólogo, que Jane Austen dejó todo lo que poseía, incluidos estos textos, a su
hermana Cassandra. Y he de deciros que estoy segura de que la hermana mayor de
Jane debió llorar de la risa leyendo las historias de los personajes que la
pequeña dibujó en estos relatos. Creo que en estos inicios es donde Jane luce
en todo su esplendor la característica ironía que se vislumbra en todas sus
obras. En muchos de estos relatos podemos adivinar a los personajes que después
configurarán sus novelas más famosas. Es evidente al leerlo que Jane iba
fraguando su mundo imaginario y los personajes, casi caricaturas al principio,
acabarían manifestando una gran personalidad, más tarde.
“—Lucy —dijo Lady Williams— es muy libre de hacer lo que quiera y
espero que no dude en aceptar tan amable invitación por ningún tipo de
consideración hacia mí. Realmente, no sé cómo podré separarme de ella. Nunca ha
estado en Bath y creo que disfrutaría muchísimo con ese viaje. Hable, querida
-continuó, dirigiéndose a Lucy—, ¿qué le parece acompañar a estas Damas? Me
sentiré terriblemente mal sin su compañía... aunque, claro, sería muy agradable
para usted y de verdad espero que vaya. Si decide ir, para mí será como la
Muerte... pero, por favor, que esto no la detenga.”
(Jack y Alice)
Jane escribió estos relatos entre
los 12 y los 18 años y lo hizo para que sirviesen de divertimento en las tardes
de reunión familiar. Hay obras muy tempranas junto a otras más evolucionadas,
cercanas ya a su época de novelista, no olvidemos que escribió Juicio y
Sentimiento a la edad de 22 años.
“El tiempo transcurría de la forma más deliciosa, entre muestras de
mutua amistad y votos de amor inalterable, sentimientos que nunca se veían
interrumpidos por la llegada de desagradables visitantes, pues Augustus y
Sophia habían tenido buen cuidado en, al llegar por primera vez a aquel vecindario,
informar a las familias de los alrededores de que, como su felicidad se
centraba totalmente en ellos mismos, no deseaban otro tipo de relaciones.”
(Amor y Amistad)
Se ve perfectamente en estos
inicios la pluma afilada de la escritora. En algunos de ellos es evidente su
juventud, pero también la poca contaminación de su discurso, de manera que
expone abiertamente y sin tapujos el desprecio que le producen un tipo de
personajes habituales de su época. Satiriza el comportamiento absurdo y
mezquino de algunos de sus contemporáneos y puede llegar a parecer cruel al
mostrar sus debilidades.
“Se trata de un hombre bastante mayor, de unos treinta y dos años, muy feo, tan feo que apenas puedo soportar mirarlo. Es bastante desagradable y le odio más que a cualquier otra persona en el mundo. Tiene una fortuna enorme y se propone poner muchos bienes a mi nombre en el contrato prenupcial, pero... goza de muy buena salud. En resumen, no sé qué hacer. Si le rechazo, tan verdad como que me lo dijo, pedirá en matrimonio a Sophia, y si ella le rechaza, a Georgiana, y no podría soportar ver casadas antes que yo a ninguna de las dos. Si le acepto, sé que seré una desgraciada el resto de mi vida, porque tiene un temperamento terrible, es irritable, extremadamente celoso y tan tacaño, que vivir a su lado no es vivir.”
(Las tres hermanas)
Empezaba a despuntar la enorme
personalidad de aquella joven escritora que supo mostrar la debilidad de una
sociedad caduca, a través de historias, aparentemente insustanciales, en las
que situaba el foco sobre la obligatoria debilidad de la mujer, la caballeresca
presunción del hombre y un sistema de subsistencia económica basado en el
matrimonio de conveniencia.
“—Es decir, todo el mundo que tenía un compromiso con ellos. Pero
¿llamaría usted afortunada a una niña inteligente y sensible, que es enviada a
Bengala a la búsqueda de un marido, que se casa allí con un hombre cuya personalidad
no tiene tiempo de juzgar, hasta que su juicio ya no le sirve de nada, y que
puede ser un tirano o un loco, o ambas cosas, porque nada parece indicarle lo contrario?
¿Llamaría a eso buena suerte?”
(Catharine, o El Cenador)
De Jane he leído "La abadía de Northanger" y me encantó, es probable que en el futuro también le de una oportunidad al que acabas de reseñas. Besos
ResponderEliminarHola Marina. Te lo recomiendo, aunque viendo que no has leído las obras de Jane no puedo dejar de recomendarte ¡cualquiera de ellas! ¡Qué suerte tienes! La abadía de Northanger es la que más se asemeja a esta primera época, no por ser una obra "poco hecha" sino por ser la más satírica de todas.
EliminarBesos
Tratándose de Jane Austen, estoy absolutamente convencida de que me gustará el libro.
ResponderEliminarMe encanta cómo escribe, no imagino una obra suya que no valga la pena ser leída.
Un abrazo, Antonia.
Hola Mela, coincido plenamente contigo, de Jane leería hasta la lista de la compra.
EliminarUn abrazo :)
Siempre que la leo me asombra cómo su escritura atraviesa el tiempo y se instala en nuestros ahoras.
ResponderEliminarBesos.
Hola, Isabel.
EliminarJane es atemporal porque habla de seres humanos y, la verdad sea dicha, no es que hayamos cambiado mucho.
Besos
Es increíble lo joven que era Jane cuando comenzó a escribir y poder descubrir en ella, la gran escritora que se convertiría!
ResponderEliminarBesos.
Hola, Luciana. Siempre he dicho que hay dos tipos de escritores: los que nacen y los que se hacen. Es evidente el tipo de Jane. Ella, en lugar de jugar a mamás y papás, estoy segura de que escribía historias para que jugaran sus hermanos.
EliminarBesos
Una delicia de lectura el libro y tu reseña. En un par días saco otra reseña de Jane de otro libro recopilatorio de sus obras de juventud. A ver si te gusta...
ResponderEliminarBesos,
Un placer participar, Carmen. Ya he visto la reseña de El castillo de Lesley. Es una pequeña muestra de algunas de las obras que hay en Amor y Amistad. Una delicia, sí.
EliminarBesines
Leer este libro es un placer y una diversión; pero supongo que realizar su reseña también se lleva una parte de ese placer. Y se nota :)
ResponderEliminarComparto todas tus apreciaciones, concisas y certeras.
Un saludo.
Hola, Fernando.
EliminarMe lo pasé genial leyendo este recopilatorio. Jane me toca la fibra sensible y su ironía es mi ironía ;)
Un saludo.
¿Alguien puede creer que Jane Austen es una escritora victoriana después de leer estas divertidas opiniones históricas? Ni por cronología, ni por forma, ni por estilo....y se sigue diciendo que es romántica y victoriana....
ResponderEliminarAntonia, gracias por acercar estas primeras, sabrosas e irónicas obras de J.A.
Hola, Isabel.
EliminarJane es una escritora victoriana porque sabe retratar su época como nadie. Utiliza el lápiz como un bisturí con el que se mete en lo más hondo de las tradiciones y costumbres que le tocó vivir. Y es romántica porque demuestra la importancia del individuo frente a la sociedad en al que vive. Muchos confunden el romanticismo con "la novela rosa", y las novelas de Jane Austen, en lo único que se parecen a la novela rosa es en que sus finales son siempre felices.
Besos
Lo admito, soy un fan de las rarezas de los más grandes. Llevo tiempo postergando la compra de esta bellísima edición de Alba, pero creo que para estas navidades acabará cayendo.
ResponderEliminarUn saludo!!
Hola, Wolfville.
EliminarTe la recomiendo mucho. A pesar de que en algunos de los relatos se aprecia la juventud de Jane, y quizá por eso mismo, son frescos y sin la manipulación propia de la influencia adulta. Es irónica sin medida, vaya. Con algunos pasajes me reí a carcajadas imaginando aquellas caricaturas de mujeres, desmayo tras desmayo.
¡Saludos!
Muchísimas gracias, Carmen. Ya te he contestado en tu blog. Me encanta ese libro, pero ya lo tengo, me lo regalaron para mi cumpleaños (alguien que sabe de mi adoración por Jane). Por eso no voy a participar, dejándole la oportunidad a otro.
ResponderEliminarBesines