jueves, 30 de diciembre de 2010

¡¡¡Feliz Año 2011!!! (mírala, qué original ella...)

Os deseo a todos una muy feliz entrada en el nuevo año.

En cuanto al resto de los 365 días de este 2011 que se empeñan en presentarnos como funesto, espero que los tengáis de todos los colores del arcoiris. Que viváis emociones, consigáis logros personales, tengáis dulces momentos, os relajéis, os enganchéis, disfrutéis, riáis...


En fin, que viváis la vida intensamente, que es la única manera de poder hacer todo esto y más.

Mucha felicidad para todos.

viernes, 17 de diciembre de 2010

Premio literatura entretenida

Carmen (gracias por pensar en mí), me ha pasado el testigo de este premio, basado en un meme, en el que se busca encontrar los cinco libros más entretenidos, según el criterio de lectores blogueros.

El problema que me surgió para poder realizar la selección fue el motivo escogido: que sean entretenidos. No sé vosotros, pero si un libro no me resulta entretenido, no tengo ningún problema en cerrarlo y ponerlo en el montón de “libros para regalar” (que para gustos, los colores). Así que cualquier libro que forme parte de mi biblioteca particular ha de

entretener.
1. tr. Distraer a alguien impidiéndole hacer algo. U. t. c. prnl.
2. tr. Hacer menos molesto y más llevadero algo.
3. tr. Divertir, recrear el ánimo de alguien.

Sí, hay mucho donde elegir –pensé–, pero quizá en el problema radica la solución. Escojamos lo que escojamos: acertamos.

Ahí va mi lista, una de las mil.

Jane Eyre, Charlotte Brontë.
Pasé ante el espejo otra vez. Involuntariamente mis ojos fascinados dirigieron una mirada al cristal. Todo parecía en el espejo más frío y más sombrío de lo que era en realidad, y la extraña figurita que, en el rostro lívido y los ojos brillantes de miedo, aparecía en el cristal se me figuraba un espíritu, uno de aquellos seres, entre hadas y duendes, que en las historias de Bessie se aparecían a los viajeros solitarios.

Orgullo y Prejuicio, Jane Austen.
–El orgullo –observó Mary, que se preciaba mucho de la solidez de sus reflexiones–, es un defecto muy común. Por todo lo que he leído, estoy convencida de que en realidad es muy frecuente que la naturaleza humana sea especialmente propensa a él, hay muy pocos que no abriguen un sentimiento de autosuficiencia por una u otra razón, ya sea real o imaginaria. La vanidad y el orgullo son cosas distintas, aunque muchas veces se usen como sinónimos. El orgullo está relacionado con la opinión que tenemos de nosotros mismos; la vanidad, con lo que quisiéramos que los demás pensaran de nosotros.

La elegancia del erizo, Muriel Barbery.
Aparentemente, de vez en cuando los adultos se toman el tiempo de sentarse a contemplar el desastre de sus vidas. Entonces se lamentan sin comprender y, como moscas que chocan una y otra vez contra el mismo cristal, se inquietan, sufren, se consumen, se afligen y se interrogan sobre el engranaje que los ha conducido allí donde no querían ir.

El mercader de Venecia, William Shakespeare.
-La garantía que exijo –dijo el judío- es que Antonio me firme ante escribano un documento en el que conste que si antes de un trimestre no se me devuelve la suma prestada, tendré derecho a cobrarme cortando una libra de carne del cuerpo de él y de la parte que yo elija.

La casa de los espíritus, Isabel Allende.
La pequeña Clara leía mucho. Su interés por la lectura era indiscriminado y le daban lo mismo los libros mágicos de los baúles encantados de su tío Marcos, que los documentos del Partido Liberal que su padre guardaba en su estudio. Llenaba incontables cuadernos con sus anotaciones privadas, donde fueron quedando registrados los acontecimientos de ese tiempo, que gracias a eso no se perdieron borrados por la neblina del olvido, y ahora yo puedo usarlos para rescatar su memoria.

Paso el testigo

Alicia, del blog Alicia reloaded
Miguel, del blog Cierta distancia
Graciela, del blog Las palabras son mis ojos
Isabel, del blog Mujeres de Roma
Fer, del blog Yo no nací para ser culto

Y todos los que quieran hacer su lista, están invitados.

viernes, 10 de diciembre de 2010

Madrid, 2 de diciembre de 2010

En primer lugar quiero dar las gracias a los que hacen posible el milagro de Imprimátur, una Fundación que actúa de mecenas para autores desconocidos, que nos esforzamos en encontrar el modo de atravesar esa jungla, que es la publicación de una obra literaria.

He de reconocer que tuve muchas dudas antes de presentar mi novela a concurso. Por un lado, el conocimiento que tenemos todos los que nos movemos en este mundillo de que los premios están, en muchos casos, preconcedidos o “apalabrados” –bonita palabra–. Por otro lado el miedo a la decepción, una emoción cotidiana si te dedicas a esto de escribir, pero de la que todos prescindiríamos si pudiésemos.

Después de la experiencia de estos meses, he aprendido que todavía hay personas altruistas que creen en nosotros, los escritores poco o nada conocidos, que tardamos dos años en escribir una novela. Que empleamos horas y horas en documentarnos. Que trabajamos en trabajos que nada tienen que ver con nuestra vocación, porque no solo de letras vive el escritor (ni la escritora). Que tenemos familias a las que atender y que cada hora que empleamos en escribir se la hemos quitado a la porción de vida que nos tocaría disfrutar.

Sí, estos señores de Imprimátur creen en nosotros y ese descubrimiento es una bocanada de aire fresco. Una palmada en la espalda de alguien que te dice: vale la pena seguir escribiendo
.

Deseo de todo corazón que algún día, alguno de los que salimos reforzados de estos premios lleguemos a la meta. Ese lugar, en el que escribir, sea nuestro único trabajo.

Ese día nos acordemos de Imprimátur
Gracias
.

Este es el discurso que leí al finalizar el acto. Me temblaban las piernas ( lo mío no es hablar), pero el atril tras el que me ocultaba lo disimuló muy bien.

Después fue hora de firmar libros y conocer a gente estupenda. Os dejo unas fotos para que os hagáis una idea y desde aquí mando un beso a todos con los que compartí aquel día, en un Madrid que, a pesar del frío, nos hizo sentir como en casa.

Mª Victoria, Accésit de Novela con "Desde mi olvido"

Lorea, Ganadora en la modalidad de Poesía por "El Grito ahorcado"

Pilar, Ganadora en la modalidad de Relato por "El Tesoro"

Pedro, finalista en la modalidad de Relato por "Memorias de un guerrero"

Con Ignasi Riera, un intelectual como la copa de un pino.

Luisa, ilustradora de las portadas.

Salvador, Ganador en la modalidad de Novela de la Edición anterior

Y llegó el momento de Firmar...






La música de estas dos virtuosas y encantadoras mujeres, nos acompañó durante toda la velada, haciendo la tarea de firmar libros mucho más agradable. Una de ellas, Elena Aker (la que toca el arpa), me sorprendió con unos injustificados elogios que desde aquí le agradezco. Os dejo su página web por si queréis echarle un ojo.

En fin..., esto es todo. Espero que si tenéis a bien leer mi novela os haga disfrutar, cómo mínimo, lo que yo disfruté ese día.

miércoles, 1 de diciembre de 2010

Mírala, mírala...


Hace años estuve ya en la capital de España, pero entonces fue una experiencia amarga, que muchos ya conocéis, por culpa de una mal llamada editorial. Recuerdo que apenas pude ver la Rendición de Breda a través de las lágrimas.

Pienso resarcirme y verme el Prado de punta a punta.

Y la ciudad, si el frío me da un poco de tregua, que soy de las que se acobarda.

A la vuelta os cuento.